y que los días te besen



que todos los regalos sean pequeñitos como ese elefantito que puse en tu mano cuando estabas mirando para otro lado.
que todos sean míos y tuyos y así, como el fluir de un río que no tiene fin.

¡hice un versito!

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el perfume de la abuela viaja a toda velocidad y lo empaña, se impregna y lo empaña.
y a mi alrededor solo sollozos sostenidos de los que nunca hablan, pero no saben callar.

pecado